A pedido de alguns colegas muy amables, comparto con ustedes el discurso que hice en la clase de retórica sobre un concepto muy interesante que, me parece, atravesó el habla de todos.
Comparto, también, un video con el filósofo Enrique Dussel, que es uno de los principales investigadores sobre el tema.
Aprovecho para sugerir que todos hagan lo mismo: que suban sus discursos. Tantas experiencias retóricas, personales, subjetivas tan ricas que compartirmos en clase que, creo, tienen un lugar aquí.
Un abrazo!
Me gustaría proponer a ustedes un
ejercicio: recrear mentalmente la imagen del mapa del mundo.
Yo tengo la intuición que todos nosotros, o
la mayoria de nosotros, tenemos como punto central del mapa el norte
occidental, o más exactamente, Europa occidental.
Por que será esa la configuración imagética
que tenemos del mundo? Porque, sí, existe una geopolítica del conocimiento.
Muchas vezes recibimos informaciones sin nos preguntar POR QUIÉN, CUANDO, POR
QUE y DÓNDE es generado el conocimiento.
Todos nosostros aquí conocemos la palavra colonización. Todos nosostros aquí
sabemos su significado. Pero lo sabemos desde puntos de vista muy distintos:
algunos de nosotros miramos desde el punto de vista del sujeto colonizador;
algunos de nosotros miramos desde el punto de vista del sujeto colonizado, cuya
condición de sujeto siempre es anulada.
Me gustaría proponer una vez más un
ejercicio: intentarmos cambiar nuestro punto de vista desde la perspectiva de
la DECOLONIZACIÓN. Por esa perspectiva, necesitamos reconocer que el
conocimiento es localizado, lo que significa que algunos cuerpos tienen el
derecho de hablar mientras otros tienen la marca de la necesidad de hablar,
porque fueron silenciados.
El lugar de enunciación geohistórico fue
construido por una matriz colonial de poder que tuvo inicio en el proyecto
expansionista de modernidad, que empezó en Portugal y España en el siglo XV y
que fue desplazando eses paises de la matriz colonial con el establecimiento de
otras fronteras: occidente x oriente; Europa del sur x centro europeo; primer,
según y tercer mundos en la Guerra Fría...
Todavía, otros desplazamientos están siendo
hechos, en dos direcciones, por hombres y mujeres que están desobedeciendo esa
matriz colonial de poder.
El primer de ellos es la
DEOCCIDENTALIZACIÓN, que significa que, mismo en una economia capitalista, las
reglas del juego ya no son sólo lanzadas por instituciones occidentales. Un
ejemplo es China, que, aunque tenga una economía de mercado, vive en el régimen
comunista. Otro ejemplo más cercanos de nosotros son las elecciones de domingo,
en España, donde vimos surgir la espontaneidad de ciudadanos en búsqueda de una
experiencia de vida proyectada en el ideal del procomún.
La segunda es la OPCIÓN DECOLONIAL, que
conecta las diversidades de decolonialidades,
sean ellas raciales, de género, de autoridad, de sexualidad. Aquellos que
escogen esa opción tienen en comun la herida colonial, o sea, tienen la marca
de que son subdesarollados no sólo económicamente sino también mentalmente.
¿Qué hay en comun entre esas dos opciones?
El rechazo a que “nos digan” quien somos nosotros y que nos categorizen en
relación a un ideal de humanidad que contiene el juicio de lo que es “ser
humano”.
Me gustaría con esa reflexión desplazar un
poco nuestra mirada sobre algunas cuestiones que creemos ser naturales y verdadeiras,
y a veces inmutables, para que pongamos nuestra imaginación al servicio de la
construcción de nuevas sociedades: no imperiales, más democráticas y más
justas. Sociedades donde el yo, lleno
de deseos, conviva en equilibrio con el yo
social, cuyas identidades se moldean a partir de otridades. Para eso, tenemos
que hacer una opción: la opción decolonial.
increíble Gisela! :)
ResponderEliminarGracias!